El problema de la CORRUPCIÓN, no reside en el hecho de su ocurrencia, sino en la existencia de una CULTURA que lo permite. La manifestación patente de ello, es que ahora no sea motivo de escándalo que el criminal Alberto Fujimori, sea el único reo que posee su propia prisión dorada, sin que genere ninguna protesta.

Otra muestra, es que a diferencia de los seguidores de Abimael Guzmán Reinoso, fueron proscritos para participar en política a través del MOVADEF, por sus conceptos ideológicos opuestos al sistema democrático. 

Pero, no se ha limitado a los seguidores del criminal Alberto Fujimori, que han participado en un gobierno corrupto, que ha creado un sistema de corrupción a nivel del todo el sistema de gobierno y sus instituciones. Logrando incluso una alta votación, como persistiendo sus seguidores que contra la evidencia porfían en afirmar que su condena es injusta, porque es inocente.

También, lo mismo aconteció con Alan García, quién dejó el país sumido en la corrupción, el desgobierno y la miseria, en su primer gobierno, fugo del país para evadir la acción de la justicia diciendo "yo no me corro" "quién no la debe, no la teme" y retorno cuando prescribieron todos sus delitos, para salir ganador nuevamente y reincidir en un gobierno con otras corruptelas.

Finalmente, no se quiere admitir que para acceder al gobierno, esta determinado por la inversión en propaganda política, en ello hay empresas que invierten para levantar a los candidatos de su preferencia, sea ensalzando como denigrando a sus competidores y cuando no silenciando lo que no conviene. Hay, grupos económicos, que invierten en todos los partidos políticos, para así asegurar su inversión cuando requieran el concurso de estos.

La PROPAGANDA ELECTORAL DEBE PROHIBIRSE, el estado sería el único que distribuya los mensajes políticos, en igualdad  para todos los grupos, debiendo así garantizar que no exista injerencia de los grupos económicos en los resultados del proceso electoral.