COFFEE BREAK
Se viene observando el uso del término inglés coffee break, en vez de decir receso, descanso, suspensión etc., no por personas ignorantes sino contradictoriamente por quienes se pretenden cultas, es usual en los cursos y actividades académicas.
Se viene observando el uso del término inglés coffee break, en vez de decir receso, descanso, suspensión etc., no por personas ignorantes sino contradictoriamente por quienes se pretenden cultas, es usual en los cursos y actividades académicas.
El artículo 48 de la Constitución Política del Estado ordena:
“Son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según la ley”
esta palabra no corresponde a ninguna de las lenguas a que alude la constitución, siendo por ello una expresión ilegal, al transgredir esta norma expresa.
Se puede explicar su uso por el predominio de la economía y la cultura de los Estados Unidos, que se manifiesta en la difusión casi única de las películas de los cinemas, la televisión y venta de discos, son los elaborados por Hollywood, pese a que en los demás países del mundo también se produce cine, música y cultura. Pues existe un monopolio en los medios de comunicación, gracias al mito de la denominada libertad de expresión, permite que quienes tienen el dominio económico también lo ostentan en el mundo de las ideas y la cultura por ser propietarios de los medios de comunicación.
Lo que genera la difusión de ideas, estilos de vida y el uso de palabras inglesas, pese a existir sus equivalentes en castellano, más aún en los medios de comunicación de la televisión y la radio, una manifestación es también lo que se denomina como “huachafería”, que propalan expresiones tales como:
Please, en vez de decir por favor.
Sorry, por perdón.
Coffe break, por receso, descanso, refrigerio etc.
O.K. ó Okey, por decir de acuerdo, conforme.
Pool, en vez de decir equipo, grupo.
Esta influencia se nota más perniciosa, cuando se pone a los niños nombres presuntamente ingleses mal escritos y peor pronunciados, en vez de los nombres castellanos. Ni que decir de nuestras mujeres que se tiñen el pelo de la variedad de colores de rubio, marrón y rojo, sin considerar criterio estético.
La propaganda en la televisión (para no tratar sobre sus programas, aún los nacionales), la publicidad gráfica, los portales de internet de instituciones públicas y privadas, usan modelos de raza blancas, en un país en el que son una minoría, incluso las propias personas que dirigen estas instituciones y los que elaboran las propagandas son cobrizos. En el inconsciente colectivo, el concepto que ser de raza blanca es ser superior y lo deseable.
José María Arguedas en su poema Huk doctorkunaman qayay, gráfica también este fenómeno cuando dice:
“Manas imatapas yachaniñachu, atrasus kayku; hukumawansi umaykuta kutichinqaku.
Manas sonqoykupas allinchu; ancha mancharisqas, nisiu weqeyuqsi, waqaq tuyapa hiña, nakasqa turupa hiñas; chaysi mana allinchu.
Huk ductiirkunas chayta nin; kikin allpanchikpi miraq, wirayaq, qilluyaq ducturKuna.
Níchkachunku ya, hinata nichkallachunku.”
( Dicen que no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor.
Dicen que nuestro corazón tampoco conviene a los tiempos, que está lleno de temores, de lágrimas, como el de la calandria, como el de un toro grande al que se degüella, que por eso es impertinente.
Dicen que algunos doctores afirman eso de nosotros, doctores que se reproducen en nuestra misma tierra, que aquí engordan o que se vuelven amarillos.
Que estén hablando, pues: que estén cotorreando, si eso les gusta).
“Mituwansi hukman uyaykuta tikraykachispanku sipichiwanqaku kikin churiykunawan.”
(Sabemos que pretenden desfigurar nuestros rostros con barro; mostrarnos así, desfigurados, ante nuestros hijos para que ellos nos maten.)
En el libro “Pedagogía del Oprimido” de Paulo Freire, define esta conducta como invasión cultural, y lo hace en los términos siguientes:
“En la invasión cultural, es importante que los invadidos vean su realidad con la óptica de los invasores y no con la suya propia. Cuanto más mimetizados estén los invadidos, mayor será la estabilidad de los invasores. Una condición básica para el éxito de la invasión cultural radica en que los invadidos se convenzan de su inferioridad intrínseca. Así, como no hay nada que no tenga su contrario, en la medida que los invadidos se van reconociendo como “inferiores”, irán reconociendo la “superioridad” de los invasores. Los valores de éstos pasan a ser pauta de los invadidos. Cuando más se acentúa la invasión, alienando el ser de la cultura de los invadidos, mayor es el deseo de éstos por parecerse a aquellos, vestir a su manera, hablar a su modo”
De acuerdo a la Gramática de la Lengua Española estas expresiones se definen como extranjerismos innecesarios o superfluos y son aquellos que tiene su término equivalente en el español, por lo que la Real Academia Española desaconseja el uso por ser innecesario.